Este blog ha sido ideado para plasmar en palabras los grandes y pequeños acontecimientos que van apareciendo en nuestra vida. Tal vez muchos vayan dirigidos a ti, lector conocido. O tal vez a ti que, aún pensando que me conoces, nunca lo has hecho

lunes, 6 de febrero de 2012

Carta de una desconocida



Un hombre recibe una carta anónima con el título de este blog: “A ti, que nunca me has conocido”. El contenido de dicha epístola habla de un amor eterno y silencioso, doloroso y triste. Aborda la entrega y el fracaso, el recuerdo y el olvido y, sobre todo, habla del amor y el desamor.

Casi inconscientemente apretó el sobre entre sus dedos sospechando que dentro había quedado alguna carta adjunta. Pero estaba vacío y carecía, lo mismo que la extensa epístola, de la dirección del remitente y de la firma. “Es curioso” pensó, y tomó nuevamente la carta entre sus manos. Arriba a manera de título, aparecía escrito: “A ti, que nunca me has conocido”. Muy extrañado, se detuvo. ¿Tratábase de una carta destinada efectivamente a él, o a una persona imaginaria? De pronto, saciando su curiosidad, comenzó a leer”.

Estoy hablando del relato homónimo de Stefan Zweig. A mí me parece una lectura muy recomendable y que puede hacer reflexionar al lector sobre muchos asuntos relacionados con el amor pero, sobre todo, hace referencia a una realidad de la que todos somos conscientes: se puede amar a la persona menos indicada. Amar, en definitiva, a una persona que nos hace sufrir, con o sin intención y que, a pesar de dicho sufrimiento, nuestro corazón se niega a romper ese sentimiento nocivo para nuestro cuerpo y mente. Desde la objetividad, todos pensamos que nadie se merece un amor así, pero la protagonista de este relato nos muestra una realidad distinta, una realidad vivida en primera persona y a flor de piel.


“A quién podría hablarle en esta terrible hora si no a ti, que fuiste y eres todo para mí. Ahora sólo te tengo a ti en el mundo, sólo a ti que no sabes nada de mí, que juegas o coqueteas con personas y cosas sin sospechar nada. Sólo a ti que nunca me has conocido pero al que siempre he querido. Quizá no pueda hablarte de una forma muy clara, quizá no me entiendas. Sólo quiero hablar contigo, decírtelo todo por primera vez. No te inquietes por mis palabras, una muerta ya no quiere nada, no quiere ni amor, ni compasión, ni consuelo. Sólo quiero una cosa de ti: que creas todo lo que te confiesa mi dolor, un dolor que solo busca amparo en ti. Quiero descubrirte toda mi vida, la verdadera, que empezó el día en que te conocí.” 

Demolerdoras palabras. Dolorosas sensaciones. Pero nadie que recibiera una carta así quedaría indiferente por su intensidad y sinceridad.
Si no habéis tenido el placer de disfrutar de este exquisito relato, os recomiendo que lo hagáis. Merece la pena.
Si sois más “amigos” del cine, Max Ophüls versionó este relato en 1948.



Amar sin límites de tiempo y forma. Amar sin ser correspondido. En definitiva… AMAR.



2 comentarios:

  1. Qué relato...

    Anoche lo leí, acabé sobre las tres de la madrugada. Yo creo que una hora perfecta tratándose del tipo de lectura que es XD.

    La verdad es que me encantó. Me sumergí tan de lleno en esa carta que llegué a maldecir al guapo rubio Vienés un par de veces. Por tonto, por insensible y por capullo. No se entera de que va la película hasta que lee la carta y ve el jarrón sin flores blancas el día de su cumpleaños. ¡Capullo!

    "Sé que en el fondo eres bondadoso y compasivo y que ayudas a cuantos reclaman tu auxilio, incluso al más desconocido, pero tu bondad es muy curiosa; es una bondad que, en efecto, está abierta para todos y al alcance de lo que cada uno pueda tomar, pues ella es infinita, pero al mismo tiempo es indolente. Quiere que vayan hasta ella a tomarla. Tú ayudas cuando se te quiere, cuando se te pide; concedes tu auxilio por pudor, por debilidad, no por la alegría que da el hacerlo. Más amor sientes- te lo digo francamente- por el hombre feliz que por el atormentado."

    Brutal extracto. La mejor definición del susodicho. Todo lo que hizo por ella dio la impresión de que lo hizo por pena. Un cigarro. Fumar, tirar y pisotear.
    Su éxito radicaba en que pisoteaba de manera bonita.

    "y si por ser tuya nuevamente tuviese que volver a pasar por este
    infierno, iría a ti otra vez, aún sabiendo de antemano lo que me esperaba; ¡Iría a ti, mi adorado, otras mil veces más!."

    Esto es amor y lo demás son tonterías.

    "¿Qué significaba para mí la amistad, qué significaba la
    existencia al lado de la impaciencia de sentir nuevamente tus labios y de oír de nuevo la suavidad de tu palabra? Así te he amado; ahora puedo decírtelo, ahora que todo ha pasado ya y que todo se acaba. Y creo que si recibiera una llamada tuya en mi lecho de muerte, aún tendría fuerzas para levantarme y para correr a tu lado."

    Estremecedor. ¿Hasta que punto se puede adorar y amar a alguien de una forma tan incondicional?

    "Todos, todos los hombres me han querido; todos han sido buenos para mí, menos tú, tú, que me has olvidado; sólo tú, ¡que nunca me has conocido!

    ¡Bravo!


    Una mujer luchadora y soñadora, con una generosidad que da miedo. Se enamoró de alguien inalcanzable para él. Ella lo sabía y lo aceptó. Vivió con ese sueño, la sostuvo su amor hacia él. Un amor no correspondido y lleno de sufrimiento.
    Pero pienso en ese sufrimiento gota a gota, latido a latido. Pero a la vez con cero rencor hacia él.
    El amor vence a todos los sentimientos -buenos y malos- habidos y por haber.

    En definitiva, me encanta. Mis felicitaciones para ti, Edelweiss, por rebuscar y hacer una entrada de ello. ¡Artistaza!

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