Este blog ha sido ideado para plasmar en palabras los grandes y pequeños acontecimientos que van apareciendo en nuestra vida. Tal vez muchos vayan dirigidos a ti, lector conocido. O tal vez a ti que, aún pensando que me conoces, nunca lo has hecho

jueves, 18 de julio de 2013

Donde mueren los sueños.



Todos alguna vez hemos experimentado un sentimiento de perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. Un recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea. Es la definición que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua ofrece sobre el miedo. 

Sigmund Freud, en su teoría del miedo, establece una clasificación del miedo: el real y el neurótico.
En el miedo real existe un peligro real ante el cual corre riesgo la integridad de la persona. Desde el punto de vista biológico, se trata de un esquema adaptativo, y constituye un mecanismo de supervivencia y de defensa, surgido para permitir al individuo responder ante situaciones adversas con rapidez y eficacia.
En el miedo neurótico no existe una amenaza real que ponga en riesgo la integridad de la persona, por lo que puede decirse que se trata de un sentimiento irracional que nace de la imaginación y que no existe, al menos, en el momento en el que se está sintiendo. 

Lo veamos desde el enfoque que queramos, se trata de un sentimiento tan demoledor que nos puede llegar a paralizar de tal modo y con tanta intensidad que nos impida tomar las decisiones correctas o, de otro modo, nos haga huir de lo que está a nuestro alcance y que nos puede llevar hasta la anhelada felicidad. Todo porque el miedo nos empuja a un abismo de ansiedad que paraliza nuestra razón.  

Si huyes de tu felicidad porque te da miedo afrontar las consecuencias de determinados actos, estás matando tus sueños. Si crees que no podrás aguantar dichas consecuencias y prefieres la “comodidad” de lo conocido, estás suicidando tu alma.  

Tal vez disfraces ese miedo de “no hacer daño a los demás” o de “no quiero ser un egoísta”. Entonces tú sabes perfectamente que hay un lugar donde mueren los sueños, y ese lugar se llama miedo.