Este blog ha sido ideado para plasmar en palabras los grandes y pequeños acontecimientos que van apareciendo en nuestra vida. Tal vez muchos vayan dirigidos a ti, lector conocido. O tal vez a ti que, aún pensando que me conoces, nunca lo has hecho

jueves, 6 de septiembre de 2012

Los antagonistas mueven el mundo

     Antagonista proviene del griego Antagonistés, de anti, contra, y agonistés, combatiente, actor. Todo protagonista necesita un antagonista, un oponente, un rival a su altura. Desde el teatro de la antigua Grecia hasta nuestros días, es el personaje que le da fuerza vital al que combate. Tesis y antítesis, para alcanzar la síntesis superadora.

     La existencia de un antagonista es una de las cinco claves de un buen relato, tan importante como la Pasión -la energía con la que se cuenta la historia-, el Héroe -que da a la historia un punto de vista-, el Momento de Inspiración -llenar de espíritu la historia- y la Transformación que se produce a lo largo del relato. Un antagonista es, en el fondo, un obstáculo a superar con cara y ojos, algo que sirve para obtener un extra de motivación. 


     En el mundo del comic, no se me ocurre un héroe tan grande y con tanta personalidad como Batman y,  a la vez, un antagonista tan genial y genuino que, incluso, supera en muchas ocasiones al héroe rebatiéndole todo el protagonismo. Por supuesto, hablo del maravilloso Joker. Ya se rumoreó en su momento que el Joker, interpretado por un inolvidable Heath Ledger, tenía muchas papeletas de protagonizar su propia película. La desaparición del actor imagino apagó toda llama respecto a este tema. De esta pareja perfecta y/o extraña pareja, salió la mejor película sobre un comic de la historia del cine: El Caballero Oscuro (2008) -con permiso de la japonesa Akira, aunque ésta, de animación-. 

     Chritopher Nolan nos muestra al mejor Batman de todos, al del comic. Ya era hora. Del niño atormentado por su desgraciada infancia, pasando por el adolescente turbado por ésta en busca de su propio camino para terminar con el egocéntrico millonario, el insoportable Bruce Wayne. Explota todo su fatídico pasado y ahonda con precisión cirujana en sus miedos, sus fobias y sus vulnerabilidades. Arranca el traje de Batman y vemos más allá de sus piruetas y sus cachibaches a cual más rocambolesco. ¿Quién va  en realidad enmascarado? ¿el millonario Wayne o el hombre murciélago?. Vemos el retrato perfecto de lo que es Batman, un caballero oscuro que ama por encima de todo a su ciudad, la corrupta Gotham.


     El Caballero Oscuro es fabulosa por muchos motivos, pero uno de los mayores éxitos fue por el  impecable retrato de su genial antagonista como el villano más maravilloso que ha dado el cine. Cuando uno se imagina al rival de Batman, se imagina al forzudo de turno que con su pertinente ejército y pertrechado hasta las cejas de avatáres varios, entra en Gotham y monta la de Padre y muy Señor mío. Más o menos como hace Bane en la entrega que cierra esta trilogía. 
Pues bien, el Joker es lo contrario, una imagen de patético payaso venido a menos, que sino fuera por esas escalofriantes cicatrices en la prolongación de sus labios pasaría perfectamente desapercibido como un tipo corriente comprando pan de molde en el supermercado de la esquina. No hay más parafernalia que esa, ni ejércitos, ni fusiles de última generación, ni vehículos del siglo que viene. Lo grande de Nolan fue plasmar esta imagen y en base a ella desarrollar al villano hasta montar un auténtico caos en la ciudad sin más ingredientes que la mezcla de su locura e inteligencia infinita. Su motivación no es el dinero, ni la riqueza de ningún otro tipo. Simplemente desea ver arder el mundo en todo su esplendor. Ver como una ciudad entra en el caos más absoluto y como se comporta ésta y sus ciudadanos ante tal terrorífica situación. 
Su relación con Batman en la película, es la clave y el corazón del film. El espectador sigue latido a latido su cita con el caos con enorme expetación. Alrededor de ellos se mueve toda la trama. El Joker sabe perfectamente que no puede matar a Batman, ni aunque quisiera, que no es el caso. Él mismo en la escena del interrogatorio se lo hace saber: -¿matarte yo?, tú me completas. -Para ellos tú solo eres un bicho raro, como yo...

     Batman muestra en varias escenas estar por encima de su enemigo en el aspecto físico de manera insultante, le trata como una marioneta en cada disputa cara a cara pero, como le dice el Joker en la escena final: -no me vas a matar por tu absurda superioridad moral... a un desconcertado Batman se le escapa gramo a gramo la personalidad del Joker y su verdadero fin. Una y otra vez se le escurre de las manos. El Joker es más rápido que él y no da un paso sin haber dado dos más que su rival. La manera tan macabra -y aunque esté mal dicho, genial- en la que consigue convertir a un hombre generoso, bondadoso y ejemplo de justicia como el fiscal de Gotham en alguien que deja de creer en lo que luchó toda su vida es lo que define a este personaje. La manipulación como arma más poderosa por encima de toda moral. Todas las personas se pueden corromper si sabes cómo. No tiene ejército pero se lo busca de manera indirecta, la propia mafia cae también en sus redes. El Joker explota el mayor temor de Batman, tratándole como un bicho raro, abriéndole los ojos de que sólo le querrán mientras le necesiten...
El verdadero desafío del Joker parece ser, corromper a Batman. ¿O no? Todo héroe necesita a su antagonista y viceversa. Es lo que pasa cuando una fuerza inquebrantable choca contra un muro. Están condenados de por vida.

     Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones dirigidos por un ciervo. ¿Hace falta decir quién es el león?.



     El otro ejemplo de antagonista para el héroe enmascarado es el de Bane, también conocido en el mundo del comic como El hombre que rompió al murciélago.
En la tercera entrega, El Caballero Oscuro: La leyenda renace (2012), es el antagonista principal, presentado como el líder de un grupo de mercenarios decididos a sembrar el caos en Ghotam. Se le podría describir como un hombre robusto con una misteriosa máscara respiratoria, de naturaleza cruel y sádica y propenso a matar a sus víctimas con sus propias manos. Es el enemigo de más fuerza física al que se enfrenta Batman porque, además, no siente dolor alguno gracias a los analgésicos de su máscara. La mejor manera de definir tal brutalidad es en la pelea que acontece en las alcantarillas. Nos muestra en ella a base de golpes la imagen más débil de Batman. Le vemos inoperante ante la lluvia de trompazos que le arrea el gigantón. Por primera vez, vemos a un Batman sin capacidad para responder a tal fuerza bruta y a la amenaza del mercenario atentando contra la seguridad de su Ghotam. Llegamos a sentir lástima por nuestro héroe. ¿Quién no se retuerce en su silla al verla?. La forma tan fabulosa en la que Nolan rueda esta escena haciéndonos sentir tal sensación de impotencia es, sin duda,  uno de  los  momentos cumbres e inolvidables de toda la trilogía.

   
     Si el Joker pone en un brete a nuestro héroe a base de dudas, desconcierto, un modo de operar maquiavélico y una presión psicológica al profundizar en sus miedos más escondidos y enterrados, Bane, en cambio, machaca a nuestro héroe a base de una ilimitada brutalidad en sus actos encaminados todos a destruir al murciélego y la ciudad de Ghotam.

     Nos encontramos pues, con tres películas maravillosas en su género -añado la infravalorada Batman Begins (2005), aunque quizá le faltó lo que tienen las otras dos, un antagonista con mayúsculas-, para mí, inolvidables. Derrochan por sus poros una calidad y un cuidado en todos los detalles que es superior a todo lo realizado anteriormente en materia de cine-comic. Envuelta en una banda sonora de Hans Zimmer impecable y un Alfred -Michael Cane- sublime y en plan actorazo en sus apariciones con su niño.

     En definitiva, un superhéroe inolvidable y dos enormes y perfectos antagonistas con diferentes armas para sembrar el horror. La inteligencia y la fuerza.

     ¿Quién dice que los antagonistas no mueven el mundo?

1 comentario:

  1. Eres un friki XD.

    Ya sabes que a mí también me gustan los antagonistas (llamados también villanos... desconozco el motivo XD).

    Batman siempre me recordará a ti :)

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