A veces me cuestiono si merece la pena sentir tan intensamente. Extraño esos días tranquilos, sin sobresaltos, cuando aún no era consciente del significado que encierra la palabra AMOR. Supongo que se debe a que he madurado o, tal vez, como me han dicho algunos amigos, se debe a que tengo demasiado corazón. Entonces me asaltan las palabras del Mago de Oz ante la petición del hombre de hojalata, que anhelaba más que cualquier cosa tener corazón: “ignoras lo afortunado que eres no teniéndolo”. Y continúa su reflexión (en voz alta): “los corazones jamás serán prácticos hasta que los hagan de manera que no puedan destrozarse”. Segura de que quiero encerrar mis sentimientos en una caja de cristal invisible, deseo ser el hombre de hojalata para dejar de sentir mi corazón pues, ¿para qué quiero sentir los latidos de este músculo bobo que casi nunca me hace caso y que casi siempre se equivoca?
Pero si no fuera por mi corazón, tal vez nunca te hubiera conocido. Si no fuera por la intensidad con la que siento, tal vez nunca hubieras reparado en mí. Y entonces vuelvo a sentir los latidos de mi corazón y los saboreo como nunca antes lo hice. Respiro hondo al sentir cómo se ensancha cada vez que te veo, cada vez que te abrazo o cada vez que te pienso. Y se me humedecen los ojos al recordar todas las veces que me he preocupado por ti… porque te quiero y porque sentirte así me hace feliz.
Y te pido que repares en otra reflexión del extraño Mago de Oz: “un corazón no se juzga por lo mucho que tú ames, sino por lo mucho que te quieran tus semejantes”. Te quiero tanto que tu corazón tiene que ser más grande que el universo, más grande que las ganas que siento de mirarte a los ojos en estos momentos. Y dejo de querer ser el hombre de hojalata. Quiero ser tu corazón.
Siempre me fascinó esta película. De apariencia sencilla e infantil esconde muchas moralejas, mucho que pensar. Es una obra maestra del sentimiento más humano, el miedo.
ResponderEliminarA no querer, a no razonar, a no tener valor...
Tu músculo bobo es lo mejor que tienes. Tu copyright, tu marca, tu seña de identidad, tu tesoro, tu miedo...
Ya lo eres, formas parte de él...
Una de mis películas preferidas...Y qué razón tenía el mago de Oz en todo. De sus enseñanzas me quedo sobre todo con una importante: muchas veces buscamos algo que ya tenemos y no sabemos ver. Algo que buscamos en los demás y sin embargo ha e salir de nosotros mismos. Creo que eso tiene mucha relación con el corazón, porque que te quieran tus semejantes es la respuesta justa al amor que tú puedas transmitir.
ResponderEliminarUn beso :)
Me ha encantado
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