A pesar de que me suelo despertar antes de que la noche haya
levantado su manto de oscuridad y de silencio, hace demasiado tiempo que no veo
amanecer. Y es que de pronto me encuentro con el astro rey brillando con fuerza
en el cielo o, con suerte para mí, intuyo su brillo y calor porque las osadas
nubes lo ocultan con esmero. Pero no disfruto de ese delicioso momento en el que
parece comenzar algo muy grande e importante.
Solamente se trata de un amanecer más, pero necesito saber
que mañana va a volver a amanecer. Y por un motivo que desconozco, cuando
amanece surgen nuevas esperanzas de que algo bueno pueda pasar.
Mañana miraré al este buscando ese instante en el que parece
que el mundo se para. Amanecerá un día más y yo dejaré que la luna bese mi
frente en el momento en el que cede su puesto a una esfera brillante y cálidad,
a la que pediré que me de un respiro y que me de renovadas fuerzas. No le
pediré ni esperanza ni fe, sólo un sutil soplo de fuerza para seguir buscando
la felicidad.
Cuando amanece, todo puede pasar.
Fíjate que yo soy más de atardeceres... -las ganas que tengo de enseñarte ese que te he dicho tantas veces-
ResponderEliminarPero sí, el efecto de un nuevo día amaneciendo es precisamente ese: la sensación de que todo vuelve a empezar, de que todo se puede arreglar y de que se nos da otra oportunidad más. El continuo y vaivén giro de la vida. El tren vuelve a parar para que nos subamos, la noria vuelve a llegar arriba del todo y las ilusiones se renuevan con cada nuevo alba.
Yo me levanto ya con el día duchado, vestido y hasta desayunado pero muchas noches las sensaciones que tengo giran con un nuevo amanecer. ¡Claro que todo puede pasar!
Te quiero mucho bobita mía y que sepas que mi brazo está dispuesto a erguirte otra vez más. Te juro que todo se arreglará. Muack Muack Muack y Muack
Si no tuviera en mi vida personas como tu algunas veces no desearía ver mas el amanecer, así que gracias por la fuerza y el cariño que me das clontxita, un besito.
ResponderEliminarMi María, mi hermana, mi amiga. Tú tienes unas ganas locas de comerte el mundo. disfrutas la vida con mucha intensidad y te encanta "revolotear" sobre eso que llaman destino. Claro que siempre vas a querer ver amanecer, ¿sabes por qué?... porque nunca te va a faltar una mano amiga que te ponga frente a ese bello acontecimiento. La fuerza y cariño que te pueda dar sólo es el reflejo de la que tú me das. Que es maravillosa. Muchos besos :)
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