Hace dos años, El Bayern de Munich eliminó a mi Real Madrid en los penaltys en una noche que para un futbolero como yo fue muy dura. Me volvía a encontrar con el pasado y su carisma. Lo escribí entonces en una entrada tal noche como esta.
Pero hoy, no hay tocho sentimental, sólo hay un maravilloso presente para mi equipo, un ahora fabuloso. Sabía que algún día esta entrada la llegaría escribir, lo sabía, estaba convencidísimo.
Hoy mi Madrid ha pegado un puñetazo encima de la mesa, ha cogido ese pasado con su asqueroso carisma y lo ha tirado a la basura a puñados. Y sí, lo ha sustituido por este presente soñado para escribir otra página en su historia, ésta, la más históríca que mis 31 primaveras de blanco han visto.
Simplemente, ¡HALA MADRID!