Llevo ya casi once meses sin escribir nada sobre mí, aunque entretanto publicara un relato. También llevo tiempo bastante despistado y la verdad tengo el blog abandonado. Menos mal que Edelweiss ha sabido estar a la altura. ¡Bravo!
Esta noche, a escasas horas para que se consuma la vela del 2013, me animo a escribir por aquí mis últimas reflexiones del año y, de paso, encontrar a alguien que me ayude a soplar esa vela imaginaria y despedir este 2013 pidiendo un deseo. Yo volveré a pedir lo mismo otra vez, de verdad que siempre lo hago. Como no creo en chorradas del tipo si lo cuentas no se cumple diré que siempre pido salud para mí y la gente que quiero y, como son poquitos pues, ¡tengo más probabilidad de que se cumpla!. Bromas a parte, que con la salud no se juega, os deseo a todos los que leáis esta entrada, toneladas en cantidades desproporcionadas de salud para el próximo año porque tampoco vamos a abusar y pedir para más años ¿verdad?, ya escribiré una entrada el año que viene pidiendo lo mismo, ¡no os preocupéis! piano piano. Este año, como os decía, para mí en ese sentido ha sido bueno. Toda la gente que quiero está muy bien de salud y por eso nunca pediré más que eso. Lo demás se puede conseguir, ¡claro que sí!.
Lo demás...esos satélites que a veces no brillan todo lo que nos gustaría. Muchos días siento que subo unas escaleras y a mitad de subida me empiezo a cansar y necesito que alguien me coja de la mano y las suba conmigo. Que esa persona cuando yo flaqueé tire de mí y me transmita a su lado menos miedo a caerme y a romperme en mil pedazos. Compartir vivencias y disfrutar juntos de ellas. En este sentido ha sido un año complicado y siento que cada año lo será más y más.
Mi mochila está llena de miedos de todo tipo pero, también se va llenando poco a poco de muchas ilusiones que me hacen creer firmemente en ellas. Nunca he dejado de tenerlas, son mi energía y mi forma de ser, mi razón de ser. Me agarraré ahí para seguir subiendo y subiendo por mucho que la mochila vaya aumentando su peso. Una ilusión ha irrumpido en mi vida este último mes del año y me ha dado un buen empujón, ¡vamos para arriba!
Mi mochila está llena de miedos de todo tipo pero, también se va llenando poco a poco de muchas ilusiones que me hacen creer firmemente en ellas. Nunca he dejado de tenerlas, son mi energía y mi forma de ser, mi razón de ser. Me agarraré ahí para seguir subiendo y subiendo por mucho que la mochila vaya aumentando su peso. Una ilusión ha irrumpido en mi vida este último mes del año y me ha dado un buen empujón, ¡vamos para arriba!
Dejo a pie de esta entrada una de mis canciones favoritas de este 2013, una canción que me ha acompañado en muchos trayectos nocturnos con mi coche, una canción que ni me he molestado en ver el significado de su letra porque no lo necesito. Simplemente me hace sentir libre, escuchándola veo esa fotografía en la que vas en tu coche y asomas la cabeza por la ventanilla para que te de el aire mientras observas a lo lejos un paisaje precioso en un atardecer de verano. En ese preciso momento no hay persona ni circunstancia en el mundo que te pueda frenar...
De todo corazón, os deseo que se cumplan todos vuestros deseos para este nuevo año e intentar ser felices. Sí Borja, esto también va para ti. Y por favor, disfrutar de vuestros reyes magos lo mismo que yo lo haré con los míos, atrapar esos momentos y grabarlos en vuestra memoria, serán inolvidables os lo aseguro. Volver a ser niños por un día, ilusionaros, recordar aquellas noches de nervios, recordad esas voraces manos abriendo regalos, recordad esos vasos de leche con galletas. Os animo a cerrar los ojos y que os paréis a pensar en cuan afortunados habéis sido.
Yo, muchísimo.
Yo, muchísimo.