Este blog ha sido ideado para plasmar en palabras los grandes y pequeños acontecimientos que van apareciendo en nuestra vida. Tal vez muchos vayan dirigidos a ti, lector conocido. O tal vez a ti que, aún pensando que me conoces, nunca lo has hecho

lunes, 16 de diciembre de 2013

La prisionera número 10.540



Else Backer, una niña de ocho años, vivía felizmente con su familia en Hamburgo hasta que, a principios de 1944, fue arrancada de los brazos de sus padres por unos individuos que se identificaron como miembros de la Gestapo. Lo único que dijeron fue que la pequeña iba a ser devuelta a su "verdadera" madre.

Fue arrastrada en medio de la noche a un almacén atestado de gitanos. Tiempo después descubrió que era adoptada y que su verdadera madre era medio gitana. Los nazis les llamaban Mischlinge ("híbridos"), y se les consideraba como un gran peligro por la posibilidad de que las características raciales gitanas fueran transferidas a la población área. Había sido adoptada por los padres que conocía cuando contaba con diez meses.

Else fue subida a un transporte de mercancías con los demás gitanos y la llevaron a Auschwitz, más concretamente al campo de concentración gitano de Birkenau. Allí fue despojadas de sus ropas, sus apellidos y su futuro. La niña, paralizada de miedo, era incapaz de hablar ni de llorar (no había nadie que atendiese a su llanto). Tras obligarles a darse una ducha, Else fue incapaz de buscar sus ropas, y se quedó casi desnuda en un barracón helado en una noche gélida de la lejana Polonia.

En medio de la barbarie, la indiferencia y la locura, Else tuvo un pequeño golpe de suerte y fue favorecida por una de las Kapo del bloque, llamada Wanda, quien se apiadó de la pequeña y la condujo a su barracón. Allí pudo al menos subsistir, ya que, de no haber sido por ablandar el corazón de esa mujer, con total seguridad la niña no hubiese sobrevivido.

Pasaba los días observando la llegada de los nuevos convoyes a través de la alambrada, así como filas de personas que caminaban en dirección a lo que luego supo eran los crematorios. Se trataban de los judíos húngaros seleccionados para morir, aunque entonces lo desconocía.

Poco tiempo después, Wanda anunció a Else que ya no podía hacer nada por ella, y fue abandonada por segunda vez. La niña fue enviada a los barracones principales, pero se dio cuenta de que no estaban tan atestados como antes. Había habido una "selección". Esa misma noche, se produjo una matanza en el campo de concentración. El final de la guerra estaba próximo y los nazis "necesitaban" borrar pruebas ante la inminente entrada de los rusos. No deseo contar las atrocidades producidas esa noche, por lo que me voy a limitar a decir que Else fue uno de los mil cuatrocientos gitanos excluidos de ese horror y que, por palabras de la propia Else muchos años después, esas experiencias "te joden la cabeza para el resto de tu vida" Fue enviada a otro campo de concentración el 1 de agosto de 1944, al de Ravensbrück, al norte de Berlín. Un día después de que la niña abandonase Auschwitz, el campo gitano fue liquidado durante la noche. Allí Else sufrió de tantas privaciones y escarnios que cayó en un estado cercano al coma, el cual también superó. Como si de un cuento se tratase, una mañana de septiembre de 1944, Else fue conducida al bloque de administración donde le dijeron sin más: "Vas a ser liberada". Tras una espera que se le hizo eterna, vio entrar a su padre adoptivo. La pequeña estaba demasiado impactada como para sentir nada, ni siquiera sorpresa. Else supo después que sus padres lucharon con todas sus fuerzas para "demostrar" que la niña no suponía ningún peligro y que estaba integrada por completo en la sociedad alemana. Incluso el padre se afilió al Partido Nazi como muestra de su lealtad al régimen.

Else y su padre tomaron un tren que les devolvió a Hamburgo. Allí coincidieron con un oficial del ejército alemán al que el padre de Else mostró las llagas de las piernas de su hija y le dijo: "por esto es por lo que estáis luchando en el frente".

Else sobrevivió a la muerte, pero nunca superó el hecho de que, día tras día y noche tras noche, pasara por su lado y helara su corazón con su gélido aliento.
 
Ni el mejor psicólogo o psiquiatra del mundo podría explicarme qué lleva a un ser humano a cometer semejantes atrocidades y, lo que es peor aún, cómo es posible que alguien pudiera estar convencido de que aquello era lo correcto, aun a pie de la horca.

 

 


1 comentario:

  1. Espectacular historia :O

    La verdad que ojalá alguien inventara una máquina para borrarnos según que recuerdos de la mente.

    Dicen que no hay nada en la naturaleza que se parezca a la perfección del cuerpo humano y su cerebro, el conmutador perfecto que maneja toda esta máquina casi perfecta, casi digo, porque esos malditos recuerdos, los que esta valiente niña habrá llevado alojados en su cerebro para el resto de sus días, son los que hacen que tengamos "tara" .

    No voy a comentar nada de esa gentuza que mataba y torturaba como quien come pipas, esta entrada no lo merece desde luego.


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