Este blog ha sido ideado para plasmar en palabras los grandes y pequeños acontecimientos que van apareciendo en nuestra vida. Tal vez muchos vayan dirigidos a ti, lector conocido. O tal vez a ti que, aún pensando que me conoces, nunca lo has hecho

martes, 15 de noviembre de 2011

Al galope

Cuando el subconsciente empieza a hacernos daño, es el momento de poner medidas e impedir que salga a la palestra. Buscando una solución desesperada, me he topado con una teoría de Freud sobre la estructura de la personalidad: el ello, el yo y el súper-yo. El ello son los sentimientos más instintivos, los impulsos más básicos del ser humano y la irracionalidad por excelencia. El yo es la racionalidad y el consciente, nuestra capacidad de análisis de la situación. El súper-yo es el “yo ideal”, el principio de perfección y el imperio del deber, de la moral y la conciencia.
Utilizó una metáfora muy interesante para explicar gráficamente esta estructura: el yo es el jinete que rige y frena la fuerza de la cabalgadura; el ello es el caballo que se desboca siempre que puede; el súper-yo es el entrenador, el que recuerda cómo se debe cabalgar.



Mi caballo hace meses que se desbocó y no encuentro la manera de frenarle. Mi jinete ha perdido su identidad y se le antoja imposible volver a tomar las riendas y ser él quien escoja el camino a seguir. Mi caballo nunca deja de ir al galope. Está cansado, pero pareciera que no puede vivir de otro modo. Yo ya no sé quién soy. ¿Lo sabes tú?

1 comentario:

  1. Quizás no tengas que encontrarla, no todo es buscar respuestas, las cosas sencillamente suceden, como aparecen un buen día, desaparecen con el tiempo.

    El caballo encuentra un llano, sin piedras, sin repechos y, con el viento a favor, se desboca.

    Lo más importante es ser consciente de lo que hay alrededor, estar alerta, tener las riendas, sujetarlas y armarse de valor para cuando se aproxime el precipicio frenar al caballo.

    Eres una persona valiente, extremadamente intensa. Tienes una capacidad para demostrar que ya quisieran muchos jinetes. Eres sencillamente algo imprescindible para quien tiene la fortuna de conocerte. Yo sí lo sé.

    No temas, encontraras tus riendas. No temas, el caballo pasará a un trote controlado. Y no temas, porque yo, siempre estaré dispuesto a ser entrenador de tu caballo y si hace falta sacamos la cuerda.

    Mi Edelweiss, mi compañera en esta aventura, usted señorita, viaja en caballo, desde luego mucho mejor que viajar en burro, ¿no crees?

    ResponderEliminar