Cuando la verdad demoledora aparece, el mundo puede parecer tan pequeño que no encuentras un lugar donde esconderte. Y enfrentas lo que venga con los ojos bien abiertos, temblando ante la sensación de un frío penetrante y conteniendo la respiración. Nada ni nadie existe, sólo estás tú y lo llenas todo de tal modo que evitas que pueda correr y huir de este miedo que me encoge las entrañas.
No existe nada más, no importa lo que haya unos metros más allá. Sólo estamos tú y lo poco que queda de mí. No veo nada. Apenas respiro. Casi no logro razonar. Parece que tú tampoco lo haces, pero no estoy segura.
Me voy y te dejo al otro lado del cristal. No consigo ver tu rostro porque un vaho oportuno me lo impide. No sé si podré volver a mirarte o por siempre te quedarás varado en mi recuerdo. Y mientras me alejo no dejo de pensar “vete tranquilo, sigue…”
Gracias por la idea pequeñaja. Esta canción siempre me recordará a ti.
Creo que todos nos podemos sentir identificados con lo que has escrito. Gracias.
ResponderEliminar¡¡Hola maritornes!!
ResponderEliminarGracias a ti por leernos y dejar tu opinión.
Imagino que sí, que por poco que se sienta, alguna vez todos hemos experimentado algo parecido a lo que he intentado plasmar con palabras... aunque como siempre digo, los sentimientos son incompatibles con el verbo.
Te sigo muy de cerca, así que te mando un abrazote y muchos besos.
¡Más noches con canciones dramas!. Maravillosa entrada como siempre. ¡Aix qué bobita!
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