Siempre me ha encantado interpretar las letras de las canciones que llaman mi atención y, por supuesto, lo hago a mi manera, es decir, intentando que en ellas se refleje mi vida pasada, presente y, como no, futura.
Desde mi punto de vista la canción “Merezco”, de Zahara, no necesita mucha interpretación. Y es una de mis favoritas de esta exquisita cantante.
“Me lo merezco por tonta”, dice el estribillo, y continua diciendo “no le digas a nadie que no llegué a tiempo…lo merezco”.
Habla de perder un vuelo, como quien pierde el último tren. Hace referencia a llegar siempre tarde o no llegar a tiempo. A estar en un sitio equivocado en el momento incorrecto. Y explica todo aquello que no va a vivir por haber perdido ese vuelo. Todos sus sueños se quedan en ese avión que no llegó a coger por no llegar a tiempo. Por seguir unas señales equivocadas y por no hacer caso a las que debería haber seguido.
A todos nos ha pasado algo así en alguna ocasión. Hemos estado en otro lugar cuando deberíamos haber cogido ese último tren, el cual, muy probablemente, nunca vuelva a pasar. Hemos llegado tarde o, por el contrario, demasiado pronto. Pero… ¿merecemos perder nuestros sueños por ello? ¿Merecemos la desilusión o sufrimiento que sentiremos por perderlo, por haber estado en el lugar equivocado a la hora equivocada? ¿Lo merecemos por haber sido tan tontos de no seguir las señales que nos llevaban a la felicidad?
Yo creo que, en la mayoría de las ocasiones, lo merecemos. Porque están a nuestra disposición miles de señales que nos indican la dirección contraria a la que decidimos seguir. Porque sí, porque nos cegamos y ensordecemos ante cualquier paisaje bonito o viento favorable. Pero no nos paramos a pensar en el destino final. Y cuando nos damos cuenta que hemos escogido el camino equivocado, y volvemos al punto de partida, normalmente es demasiado tarde y puede ser que nuestro tren, cuyo billete nos ha costado tanto conseguir, ya haya partido y nunca vuelva. Merezco.
Aix, merecer o no merecer...
ResponderEliminarYo siempre he creído que hay señales de sobra y que sino las cogemos es porque no nos da la gana de ir por ese camino. En consecuencia, no me cabe en este sentido arrepentimiento por no haber seguido tal y cual señal.
Además de que a veces tenemos el "rectificar es de sabios". Más oportunidades imposible.
Muy buena entrada, acompañada de una canción que le viene que ni pintada. ¡Mereces mi felicitación!