Tus canciones me recuerdan a pupitres, a olor de lapiceros y tinta de bolígrafos. Me recuerdan a libros abiertos y apuntes rápidos.
Me recuerdan a tiempos felices que, ya muy lejanos, aún me siguen encogiendo, de una u otra forma, el alma. Me recuerdan a una persona especial, a una de esas personas que, quieras o no, marcan tu vida para siempre. Y tus palabras refuerzan ese recuerdo: "amantes del mundo: a veces es más hermoso recordar que vivir"
Lo confieso: tus canciones forman parte de la banda sonora de mi vida.
He llorado abiertamente escuchando tu "luz de luna" o tu "piensa en mí", y he llorado conteniendo mis lágrimas escuchando tu "amanecí en tus brazos" o tu "cruz del olvido". Me has hecho sentir mucho, y me has hecho sufrir otro tanto.
No te has ido, pues como bien dices, "los chamames nunca nos vamos, siempre nos quedamos". Realmente tú te has quedado por siempre en mi vida, en mi historia.
Y hoy vuelvo a escuchar tus canciones y vuelvo a recordar algunas de tus grandes frases.
"Nadie se muere de amor, ni por falta ni por sobra".
Ojalá que te vaya bonito, Chavela.
Hija de pastelera, ¡pues pastelera!
ResponderEliminarYo confieso que he venido flipado de ver la última de Batman y ahora a las cuatro de la mañana creo que podría ponerme ese traje, subirme al cacharro ese y salvar a Gothan y a la Catwoman tan guapa y ajustada :$
Que me gusta mucho tesoro, como todas las entradas. Muy sensible y acordándote de momentos felices. De esos que guardamos en nuestro cajoncito y nunca los olvidamos. ¡Aix, aquellos días de pupitres!
Muack :)